domingo, 6 de febrero de 2011

Sin sufrimiento no hay entrenamiento.

¡¡¡Que frío!!!, ¿a donde carojo voy? y encima parece que luego va a hacer calor, pues el día esta bastante despejado. Si es que los ciclistas estamos hecho solo para sufrir... Si mucho quejarme al salir de casa pero allí estaba yo en el lugar de quedada 20 minutos antes, ¡no se me fuera a hacer tarde! e impaciente por que fueran llegando los compañeros para ir entrando en ambientillo ciclista y empezar a pasarlo bien entre charlas, bromas y risas.


Como prometió Yoyei (Juanmi) la ruta empezó a ritmo Diesel, pues teníamos muchos kilómetros por delante, pero lo que omitió es que este Diesel estaba turbo alimentado por los rodadores del grupo, los cuales impusieron buen ritmo hasta llegar a los pie de Alora, lugar en el que el pelotón se fracciono en diversos grupos para atacar la corta subida de este pueblo y formarse una selección natural, la cual casi se mantuvo el resto de la etapa.
Desde Alora pusimos rumbo al Chorro entre los toboganes que tanto caracterizan este tramo de carretera, momento en el que aproveche para comer un poco y reponer parte de lo consumido por mi cuerpo mientras me deleitaba con un verde paisaje de los que no estamos acostumbrado por estos lares.



Paso fugaz por la garganta del Chorro con el Caminito del Rey observando silenciosamente como nos adentrabamos en el primer puerto de la etapa que discurre por una carretera muy estrecha y demasiado peligrosa para un grupo tan grande.
Coronado el puerto en un buen grupo y a buena marcheta encaramos dirección a Ardales. Así que llegamos a este pueblo a relevos entre los integrantes de mi grupo para compartir el peso de la etapa.
Las piernas ya me empezaban a avisar de que estaba llegando a mi limite de kilometros del día con lo que empiezo a plantearme si abandono la ruta y busco rumbo a Málaga, poniendo de esta forma fin a la etapa. Pero como soy cabezon por naturaleza y a estas alturas dudo que vaya a cambiar, me digo a mi mismo que pedalear o morir, y continuo con el grupo hacia Puerto Martinez, atacandolo en esta ocasión por la vertiente noroeste.

Que acierto, que paisajes, que disfrute de pedaleo en una zona casi olvidada por el trafico rodado y que esta acompañada de unas vistas increibles de la sierra de las Nieves. Por lo que decido subir este puerto con marcheta alegre y sorprendentemente a un me siguen respondiendo las piernas, ¡¡¡que gozada!!!. No es que coronara nada sobrado, pero con mi poco entrenamiento de este año, no pensaba que pudiera llegar tan "entero".
Llegamos a Casarabonela y aprovecho para rellenar agua y comer un poco mientra se espera al resto del peloton, pero viendo que no venían y que tardarian demasiado, se decide por mayoría emprender el regreso a casa, momento en el que Sammejor(Samuel) muy gentilmente se ofreció a remolcarnos hasta la estación de Cartama, pues decia que el llevaba menos kilómetros que nosotros. ¡¡¡Me cago en to lo cagable!!! eso no era remolcar, eso fue arrastrarnos, que digo, volar a ras de suelo. Y yo, incauto de mi,  intento seguir a los tres pros del grupo sin demasiado exito, por lo que pasando por la Aljaima tube que soltar les la rueda y dejarme caer a mi ritmo, "Al menos me queda el consuelo de haberlo intentado".
Encima ahora me he quedado solo, y el viento a rolado a levante, con lo que me da en la jeta y me machaca a un mas. Miro hacia atrás y el grupo no viene, ¡¡¡madremia!!! ¿que hago?, pues Toni, a rodar en solitario se ha dicho y ya me cogerán, que es así como se entrena uno, sufriendo.
Pasada la barriada del Sexmo me da caza el grupo perseguidor ¡¡¡ALELUYA!!! y ahora para casita escondido tras las rueda de los compis que ya estoy bastante pasado de kilómetros, y aprovechar el momento para ir de charleta con Jesus(JesusORCA) analizando la ruta y como la hemos afrontado.

Resultado final: Piernas bastante cansadas por el paso de 100 a 130 kilómetros, pero con buena moral por haberla realizado bastante dignamente y entero en la mayor parte de la ruta.

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